La Violencia de Pareja Legal y Administrativa

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La violencia de pareja es un constructo multidimensional en el que se suelen distinguir la violencia física, la psicológica, la sexual y las conductas coercitivas y de control. En este artículo voy a abordar un tipo de violencia de pareja que no ha sido tan estudiada aunque -por su frecuencia y consecuencias- lo merece. Se trata de la violencia legal y administrativa (VLA) a la pareja que se define como la manipulación de recursos legales y administrativos como intento de controlar o de infligir un daño emocional y financiero al otro miembro de la pareja.

La agresión legal y administrativa ocurre cuando uno de los miembros de la pareja utiliza el sistema legal y administrativo (tribunales, policía, medidas legales, servicios de protección de menores, etc.) bien durante el proceso de finalización de una relación o después del mismo de una manera abusiva que incluye a menudo falsas alegaciones. Hines y cols. han desarrollado un instrumento de medida de la misma e incluyen tanto las amenazas de utilizar el sistema legal y administrativo como su utilización real.

“Los autores que la han estudiado consideran que las víctimas son con más frecuencia hombres porque el sistema legal y profesional de respuesta a la violencia de pareja sostiene estereotipos como que los hombres no pueden ser víctimas de violencia de pareja”.


La VLA puede ser perpetrada tanto por hombres como por mujeres y puede incluir demandas frívolas, falsas acusaciones de maltrato infantil y otras manipulaciones. Sin embargo, los autores que la han estudiado consideran que las víctimas son con más frecuencia hombres porque el sistema legal y profesional de respuesta a la violencia de pareja sostiene estereotipos como que los hombres no pueden ser víctimas de violencia de pareja y que son siempre los perpetradores. La mayoría de los servicios de atención en violencia de pareja se han creado tradicionalmente para atender a las mujeres y el sistema legal tiene un sesgo en la mayoría de países occidentales que favorece los intereses de las mujeres. Hines y cols. encuentran en su estudio específicamente que un 12,9% de los hombres informaron de haber sufrido amenazas de VLA y un 3,9% informaron de VLA real ejercida sobre ellos. Por contra, 5,3% de los hombres informaron de haber amenazado a sus parejas con la VLA y un 1,1% de haberla ejercido (evidentemente, puede haber un sesgo en el sentido de subestimar su propia violencia por parte de los hombres en este tipo de autoinformes).

Las consecuencias de la VLA son importantes a muchos niveles. Muchos hombres tienen que gastar dinero, tiempo y otros recursos para probar su inocencia. Algunos pasan tiempo en prisión o con órdenes de alejamiento de sus hijos con base en denuncias falsas. Cook aporta datos de que algunos hombres víctimas de violencia de pareja han perdido injustamente sus hogares, posesiones y el contacto con sus hijos y se sienten impotentes ante un sistema judicial que creen que está montado en su contra.  Hines, Brown y Dunning estudiando las preocupaciones de hombres que llamaban a una linea de atención para hombres maltratados, encontraron que casi la mitad de ellos informaron de que su pareja había perpetrado VLA demandando órdenes de alejamiento con denuncias falsas y manipulando el sistema judicial para ganar la custodia de los hijos. En otro estudio, cuando se les pregunta a los hombres víctimas de violencia de pareja por las razones para no abandonar una relación en la que sufren maltrato, una de las razones más citadas es el miedo de no volver a ver a los hijos. Los hombres también informaron de haber sufrido amenazas por parte de su pareja de que iban a arruinar su reputación en el trabajo y en la comunidad además de utilizar amenazas de realizar demandas falsas acusándoles de violencia contra ellas y los hijos. De hecho, dos tercios de los hombres dicen haber sido víctimas de esas falsas denuncias. En hombres víctimas de violencia de pareja física, Hines y cols. encuentran que el 91,4% informa de que su pareja ha amenazado con  alguna forma de VLA y 78,9% dicen que su pareja la llevó a cabo. Todos estos datos sugieren que una gran proporción de hombres víctimas de violencia de pareja son víctimas de VLA.

También se ha investigado las consecuencias sobre la salud mental de la VLA. Un estudio encuentra que la VLA (tanto las amenazas como la realmente ejercida) se asociaron a síntomas de Trastorno por estrés Postraumático (TEPT) y depresión en los hombres que la sufren así como un aumento de los síntomas ansiosos, afectivos y problemas somáticos en los hijos en edad escolar. En resumen, la VLA se asocia a una peor salud mental en los hombres que la sufren así como en los hijos que viven o han vivido en hogares donde la VLA fue sufrida por sus padres. Por todo ello, es importante que los hombres que sufren VLA tengan acceso a los servicios de salud mental para tratar estos síntomas de depresión y TEPT. En el siguiente apartado comento las posibles repercusiones que las consecuencias negativas de la VLA sobre la salud mental pueden tener a nivel del suicidio y del homicidio.

“El reconocimiento del vínculo entre los conflictos de pareja y los incidentes de homicidio-suicidio y las estrategias que implican la colaboración entre los sistemas judicial/legal y de salud mental podrían prevenir estos incidentes”.


Implicaciones con respecto al suicidio y el homicidio-suicidio
Un área que merecería un mayor estudio es la contribución de esta agresión legal y administrativa al suicidio de los hombres y al homicidio seguido de suicidio. Sabemos que el divorcio es un factor de riesgo para el suicidio en los hombres y también sabemos que los problemas de pareja son un importante factor de riesgo para el suicidio de los hombres (Brown y Seals, 2019; Logan y cols., 2011; Stone y cols, 2018) y para el homicidio seguido de suicidio (Logan y cols, 2008; Logan y cols 2019). Es razonable pensar que todas las circunstancias legales y administrativas que compliquen los ya de por sí traumáticos procesos de divorcio pueden influir de forma negativa en la psicología y la salud mental de los implicados.

Dicen Logan y cols 2008: “Más del 55% de los hombres perpetradores de homicidio-suicidio frente al 26,4% de los demás hombres fallecidos por suicidio tenían conflictos previos con la pareja. De hecho, tener un historial de conflictos con la pareja íntima era incluso común entre los autores de homicidio-suicidio que no victimizaron a sus parejas íntimas. El reconocimiento del vínculo entre los conflictos de pareja y los incidentes de homicidio-suicidio y las estrategias que implican la colaboración entre los sistemas judicial/legal y de salud mental podrían prevenir estos incidentes”.

También, Logan y cols (2019) encuentran que la perpetración de homicidio-suicidio fue más prevalente entre los suicidas que tenían problemas legales frente a los que no los tenían (p.6). Los sentimientos de haber sido injustamente tratados (sean reales o imaginarios) pueden ser un factor de riesgo para el suicidio y para el homicidio-suicidio por lo que sería deseable una mayor sensibilidad del sistema judicial a todas estas circunstancias que estamos comentando. Una mejor coordinación entre el sistema judicial y el sanitario podría ayudar a prevenir tanto suicidios como homicidios seguidos de suicidio.

En definitiva, la VLA es un tipo de violencia de pareja que ha recibido poca atención pero que tiene importantes repercusiones para las personas que la sufren (tanto hombres como mujeres) y para sus familiares. Sería deseable una mayor atención e investigación de la misma.

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Pablo Malo

Pablo Malo is a psychiatrist whose main interests are psychology and evolutionary biology. He is a member of the Txori-Herri Medical Association in Spain, and the psychiatric rock group The Beautiful Brains. His work is published in journals including the Canadian Journal of Psychiatry and the British Medical Journal (BMJ).

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