Una filósofa reflexiona sobre ‘¿Qué quieren los hombres?’Perspectivas y citas del libro de Nina Power

Este artículo es una traducción, realizada por Anxo, de la versión original que se publicó en la revista Male Psychology el 14 de febrero de 2022

Nina Power es filósofa, crítica cultural, teórica social y escritora. Su libro One-Dimensional Woman (Mujer unidimensional) (2009) reflexionó sobre la pregunta¿Adónde se han ido todas las mujeres interesantes?”. Ahora, Power ha centrado su atención en los hombres con su nuevo libro ‘What Do Men Want? Masculinity and Its Discontents (¿Qué quieren los hombres? La masculinidad y sus descontentos). En el momento de escribir este artículo, su segunda reseña de Amazon fue un ataque mordaz de un comprador no verificado llamado “Pumpkinhead”, que titula su reseña “Womansplaining” y ladra : “Una mujer que le dice a los hombres cómo ser hombres. Ocúpese de sus asuntos, por favor”.

Al igual que a “Pumpkinhead”, se te podría disculpar por pensar “¿Quién es esta Nina Power? ¿Y quién es ella para hablar de lo que quieren los hombres y decirnos qué pasa con su masculinidad?”. Bueno, en su nuevo libro, Power dice que no debemos rehuir tales preguntas, debemos debatirlas. Ella nos recuerda que, después de todo, “los hombres han especulado durante mucho tiempo sobre qué es lo que quieren las mujeres, y han lamentado y celebrado el ‘misterio’ de la mujer y la feminidad”. 

Pero las razones por las que escribió este libro son más profundas y complejas que esto. Lo escribió: “En parte porque me ha perturbado personal y políticamente la división creada por los medios de comunicación y la tecnología entre hombres y mujeres en mi propia vida. En parte porque siento que los hombres y las mujeres han visto sus vidas reducidas a generalizaciones por unos medios de comunicación a los que les encantan las afirmaciones aplastantes: creo que estas afirmaciones no concuerdan en lo más mínimo con la compleja realidad de nuestras vidas”. En su página web añade: “Es un intento, entre otras cosas, de entender tanto el resentimiento masculino como la ira femenina (y viceversa)”.

Personalmente, valoro mucho la contribución de Power a este debate. Se podría argumentar que su escrito capta gran parte de lo que está a la vista, pero yo sugeriría que mucha gente hoy en día tiene dificultades para reconocer, y ya no digamos para articular, estas cuestiones, por muy obvias que parezcan, o por mucho que hayan estado expuestos a ellas. Esto hace que el análisis de Power sea aún más valioso. El resto de este artículo destaca algunas de sus ideas más perspicaces sobre los hombres y las mujeres, la masculinidad tóxica, los incel, el patriarcado, la cultura occidental y la narrativa de “los hombres son malos”.

Sobre hombres y mujeres
Si bien gran parte de la discusión sobre las diferencias sexuales atrae negatividad, Power nos recuerda nuestra humanidad común: 

“Los hombres y las mujeres existen. A veces, incluso nos gustamos. Existimos gracias a estas dos simples verdades. Todos debemos nuestras vidas al hecho de que es posible — al menos a veces — que hombres y mujeres se lleven bien. Toda la vida humana surge de la realidad y la diferencia entre hombres y mujeres”. (p.1).

“No es necesariamente sexista o esencialista decir que los hombres y las mujeres son diferentes de manera interesantemente compatible. Juntos nos civilizamos. Nos frenamos mutuamente los peores excesos. La elegante danza de hombres y mujeres, con independencia de su sexualidad, es la materia de la cultura. Nos hace ser lo que somos, colectivamente”. (p.52)


Masculinidad tóxica 
Creo que es justo decir que la idea de que la masculinidad es tóxica, o puede serlo, se ha llevado mucho más allá de su utilidad y se ha convertido en algo, bueno, tóxico. Como dice Power:

“Los hombres de hoy están sometidos a una serie de instrucciones contradictorias, pero al mismo tiempo se les advierte de que su versión de la masculinidad puede estar exhibiendo privilegios, o incluso ser tóxica. Fomentar la independencia con apoyo, convertir a cada hombre en una isla, hacer que sea el único responsable de todo lo que le ocurre, es crear un ser ansioso para el que cualquier paso en falso, social o sexual, es un campo de minas”. (p.130)

Incel
La palabra incel se refiere a una persona (casi siempre un hombre) que se considera involuntariamente célibe. Cada vez que se menciona a los incel, es raro que no se les trate como un horrendo patógeno surgido de los rincones más profundos y oscuros del mundo virtual para causar estragos y vengarse del resto de la sociedad, especialmente de las mujeres. Son el nuevo malvado de la ciudad. Power nos hace poner los pies sobre la tierra con este asunto:

“Querer ser amado es un deseo profundamente humano. Cuando estos jóvenes se reúnen para compadecerse en línea, no solo comparten su resentimiento por no haber podido encontrar el amor, sino que crean una comunidad para los marginados. A la sociedad le encanta agregarle problemas a sus ‘perdedores’…”. (p.27)

“… ¿es mejor comprender a los hombres que tememos, o es mejor aislarlos y condenarlos al ostracismo? Una sociedad que comprendiera el desgarro y el potencial de la violencia tal vez no pudiera eliminarlo por completo, pero podría hacer un mejor trabajo de reintegración de los que están al borde, abrazándolos y ayudándolos a sentirse menos solos”. (p.27)


Patriarcado
No estás haciendo estudios de las mujeres o teoría feminista correctamente si no tienes un enemigo en El Patriarcado. Los materiales de lectura generalmente incluyen literaturas complejas como “Cómo el patriarcado me hizo tener una aventura con mi rico jefe tóxico” y la segunda parte, “No quería hacerlo, pero el patriarcado me obligó”. Vale, me he inventado estos títulos, pero eso no quiere decir que en algún lugar alguien no haya pensado realmente en escribirlos, y puedes estar seguro de que “El Patriarcado” asumiría toda la culpa de lo que ocurriera. Power nos recuerda que tenemos que pensar un poco más allá.

“Patriarcado” es el nombre de algo o alguien que no necesariamente entendemos del todo, pero que sabemos que no nos gusta. Tiene una dimensión fáctica — estadísticas — pero también una dimensión mítica. De hecho, no podemos “aplastar” o “joder” o “pisotear” el patriarcado, porque no es un ser, sino la estructura de un determinado tipo de ser, es decir, cómo está organizada una sociedad. ¿Pero organizada por quién? ¿Cómo se transmite? ¿Cómo y por qué algunas — o muchas — mujeres lo han secundado?”. (p.40)

“Al desmantelar el patriarcado (…) también hemos eliminado colectivamente todas las dimensiones positivas del patriarcado: el padre protector, el hombre responsable, la actitud paternalista que exhibe cuidado y compasión en lugar de simplemente poner restricciones a la libertad. En todo caso, hemos desmantelado el patriarcado de una manera bastante extrema, dando lugar a una sociedad horizontal y competitiva que se adapta muy bien al capitalismo de consumo”. (p.41)


#KillAllMen
Este espantoso hashtag aparece en Twitter más de lo que cabría esperar. Power pone de manifiesto el doble rasero que no se nos escapa a muchos:

“Cuando una mujer publica algo acompañado del hashtag #KillAllMen [Matad a todos los hombres] en Twitter, podríamos decir que está aprovechando un sentimiento legítimo de agravio contra determinados hombres que pueden haberla herido o abusado personalmente de ella o de otras mujeres. En otras palabras, está arremetiendo contra el “patriarcado”. Pero esta afirmación también podría parecernos abominable. El hashtag no sería tolerado si se cambiara la palabra “hombres” por cualquier otra categoría de la humanidad, incluidas las mujeres. Sigue siendo un ataque general contra los hombres, ¿que tiene de defendible?”. (p.55)

Cultura 
¿En qué medida hemos creado nuestra cultura y hasta qué punto ella nos ha moldeado? Las ideas de Power sobre esta compleja interacción nos dan mucho en qué pensar:

“Cuando no nos responsabilizamos de nosotros mismos o de los demás, en realidad estamos exigiendo el derecho a seguir siendo tan infantiles como podamos. En este escenario, nadie se convierte en hombre o mujer, sino que todo el mundo sigue siendo un perpetuo infante o adolescente, aunque tenga sus propios hijos. En una cultura egoísta e inmadura, dejamos de pensar de manera cuidadosa y razonable, y nuestros deseos se abren camino hacia el frente, para encontrar un sinfín de cosas que los satisfagan”. (p.134)

“En ausencia de guías o mentores masculinos se abre un espacio para otro tipo de manipulaciones. Solo que ahora este lavado de cerebro proviene menos de hombres individuales y más bien de sistemas sin rostro cuyas reglas y castigos no provienen del cuidado sino de la burocracia patológica y el control de arriba hacia abajo de las masas”. (pág. 142)

“… esta doble ley — valores de mercado y valores sexuales que crean división y desigualdad generalizadas —  que conduce a gran parte del resentimiento actual entre los sexos, particularmente en hombres heterosexuales que nunca o rara vez tienen relaciones o encuentros sexuales con mujeres”. (p.118) 

“Hombres y mujeres, como tantas veces, se enfrentaban entre sí en nombre de alguien más que obtenía ganancias”. (p.2)


“Los hombres son malos”
Es posible que te hayas preguntado por qué algunas personas parecen tener tanta ira hacia los hombres y de dónde viene. Las opiniones de Power sobre la brigada “los hombres son malos” plantean, posiblemente, algunas de sus preguntas más fundamentales: 

“Cuando hoy se nos dice que ‘los hombres son malos’, deberíamos pararnos a reflexionar: ¿en serio? Si es así, deberíamos preguntarnos qué los hizo “malos” y cómo podemos cambiar la situación. Si nuestra experiencia nos lleva a concluir que esto no es cierto, o al menos que hay hombres “malos” y “buenos”, o que todo el mundo es una mezcla de bueno y malo, y que todos podemos ser mejores, podríamos preguntarnos además y de forma crítica: ¿quién quiere que pensemos que los hombres son malos? ¿Por qué quieren que pensemos eso?”. (p.132)


Comentarios finales 
Con demasiada frecuencia en estos días, discusiones, debates e incluso argumentarios completos enmarcan la masculinidad como mala, desactualizada y tóxica. Creo que el libro de Power es una oportunidad para reflexionar sobre las narrativas en torno a los hombres y la masculinidad. Si estás interesado en esto deberías leerlo, y si no lo estás, definitivamente deberías leerlo.

Únete a la discusión. Comenta abajo


Disclaimer: This article is for information purposes only and is not a substitute for therapy, legal advice, or other professional opinion. Never disregard such advice because of this article or anything else you have read from the Centre for Male Psychology. The views expressed here do not necessarily reflect those of, or are endorsed by, The Centre for Male Psychology, and we cannot be held responsible for these views. Read our full disclaimer here.


Like our articles?
Click here to subscribe to our FREE newsletter and be first
to hear about news, events, and publications.



Have you got something to say?
Check out our submissions page to find out how to write for us.


.

Louise Liddon

Louise es investigadora, autora y cofundadora del Centro de Psicología Masculina. Es coautora de varios trabajos exitosos, incluido el libro de texto Perspectives in Male Psychology, un capítulo del Palgrave Handbook of Male Psychology and Mental Health , y un artículo que se encuentra entre las 20 descargas principales en el British Journal of Clinical Psychology, desde su publicación en 2017.


Previous
Previous

Necesitamos un enfoque internacional sofisticado para entender las necesidades de salud mental de chicos y chicas

Next
Next

A Philosopher ponders ‘What Do Men Want?’ Insights and quotations from Nina Power’s book